AGRADECIMIENTOS
A mis padres –Rafael Antonio Solís Alberto y Juana Medina Ureña-, por crearme y sostener la hegemonía del proceso de vida, hasta crecer.
El autor
PROLOGO
Se destaca la forma de como los padres manejan
antojadiza y manipulativamente el comportamiento y la conducta, de los niños
dominicanos.
En la primera etapa, la escuela de títeres empieza por
las columnas del hogar, donde los padres someten a un tren de obediencia a los
niños, que sobrepasa los limites de la cordura y el humanismo -vengándose de
los que le hicieron a ellos; en sus inicios el aprendizaje se basa solo en
jugar. Los padres imponen reglas anárquicas y si estos no satisfacen sus
ordenanzas, entonces se ensañan contra ellos causándoles daños psicológicos y
muchas veces físicos, irreparables.
Luego sigue la escuela de títeres en el colegio o
centro de enseñanzas, en donde los padres en busca de apoyo, profundizan el látigo
psicológico, ahora con apoyo institucional. Entonces estos infantes son
viciados en un circulo, que continua de generación en generación, siendo
correspondidos en todos los ámbitos sociales, en que la persona humana interactúa
y se desarrolla: el hogar, la escuela, el lugar de trabajo, el club, los grupos
de amistades; en fin, todos contra todos, siempre queriendo ejercer una fuerza
manipulativa, para con ello lograr satisfacer sus necesidades sadomasoquistas.
Bueno será recordar que solo dejaremos de ser títeres,
si aprendemos a pensar de manera individual.
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